Prowl / Almas Oscuras (2010)

Director: Patrik Syversen

Guión: Tim Tori

Música: Theo Green

Fotografía: Håvard Andre Byrkjeland

Reparto:

Ruta Gedmintas, Joshua Bowman, Courtney Hope, Bruce Payne, Jamie Blackley, George Oliver, Saxon Trainor, Perdita Weeks

Productora:

After Dark Films / Dobre Films / Midsummer Films / Vision Entertainment Group

De coña, tras tragarte media hora de pasteleo entre adolescentes con sus típicos rollos de amigos y flirteos en un pueblo dejado de la mano de Dios donde ellos/as deben ser los más guays y chachis, después de aguantar media hora de mamonadas mal expuestas donde la adolescente protagonista manifiesta por activa y por pasiva que quiere abandonar el pueblo donde vive e irse a la City (como dejando entrever que tanto familiares y amigos le importan una puñetera mierda), después de media hora donde también dejan entrever que la protagonista es algo rarita y corre más que un galgo en celo, después de media hora infumable donde los amigos/as toman la decisión de acompañar a la ciudad a la muchacha a modo despedida, es entonces cuando parece que empieza lo bueno.

Los muy imbéciles después de que se les estropee la furgoneta sin salir apenas del pueblo consiguen que un camionero se decida a llevarlos hasta su destino, montan atrás con la carga y ahí es cuando la cagan, todo indica que esto va a ser un típico Slasher en el cual el colgado del camionero los va a hacer picadillo uno a uno. Pero nada de esto, el tío llega a un recinto industrial abandonado, allí aparca su camión y abre la compuerta, justo a tiempo de llegar al desenlace final (la última media hora), todo un survival donde los muchachos tendrán que escapar y sobrevivir al ataque de una especia de vampiros-araña que están de cacería.

Sangre hay cantidad, gritos y lloros también, algo de gore y poco más pues todo resulta una patraña mongonera mal ideada que no da para ni para un rato de entretenimiento, pues es absurda y tonta de principio a fin, parece la tercera parte en plan ahorro de 30 días de oscuridad (2007), donde no se deja nada claro y donde no se sabe terminar la historia. Un producto del que se puede pasar, no llega ni al aprobado, una pérdida de tiempo.